Hemos comenzado octubre visitando una empresa arnedana: LAS BODEGAS DE FAUSTINO RIVERO ULECIA. Por parejas y muy formales fuimos subiendo, subiendo ¡acompañados por la policía en algunos tramos!
Justo al llegar, nos encontramos con un tractor que descargaba su remolque de uvas en la tolva y allí, “el tornillo sin fin” entraba en acción empujando a la uva.
Pero de verdad, la suerte fue que apareció Silvia, la mamá de nuestro compañero Jorge Fernández y con mucha paciencia nos fue contando todo el proceso desde que entra la uva hasta que sale embotellada (¡qué bien nos vino, justo ahora que estamos estudiando como la materia prima se transforma en producto elaborado!).
Vimos fuera unos depósitos enormes (53.000 litros) donde se hace la 1ª fermentación, pero es que dentro aún los hay más grandes, unos junto a otros, como si fuese un bosque gigante. Allí hacen la segunda fermentación.
En una gran sala estaban las barricas de madera, marcadas con letras, nos y signos (¡cómo si fuese su DNI!) donde el vino aguarda 1 año para ser crianza o reserva (según el tiempo que se tenga luego en botella)
A muchos de nosotros lo que más nos gustó fue la cadena de embotellado donde hay máquinas que ponen corchos, etiquetas, meten en cajas y precintan… ¡auténticos robots!
Nos gustó mucho y esperamos volver. Gracias a todos los de la bodega. Gracias Silvia. Gracias y un beso de l@s chic@s de 2º.